Historia de KFC

Historia de KFC

En 1890, en Kentucky, nació Harland David Sanders. Un chico corriente, con un futuro extraordinario por delante. 

Sanders, hasta la edad de 40 años, vivió una vida sencilla. Trabajó como vendedor de seguros, llantas y bombillas.

Además, piloteó botes turísticos e incluso entregó bebés. Hasta que, en 1930, decidió comprar una tienda en una gasolinera al costado de la carretera, lo que cambiaría su camino para siempre. 

Fue allí donde descubrió el placer de servir a los viajeros con comida deliciosa y reconfortante. Preparó, con mucho esmero, el mismo pollo frito que comía en su infancia. 

Durante 10 años, el Coronel perfeccionó la receta hasta que en 1940 alcanzó lo que él consideraba la perfección. 

El pollo tuvo tanto éxito que atrajo a más y más gente al restaurante de la gasolinera. 

Y el Coronel quería expandir su negocio: patentó el nombre Kentucky Fried Chicken y recorrió el país en busca de franquiciados. 

KFC como empresa

En 1952 consiguió el primero, en Salt Lake City. En 1957, surge la idea de servir pollo en balde, envase que se convertiría en un ícono de la marca.

 Y el éxito fue tan grande que, en 1964, el Coronel recibió una oferta que no pudo rechazar. 

A los 74 años vendió KFC, pero siguió presente como embajador de la marca. Y se dio a conocer como el creador de la receta de un pollo sin igual.

Crujiente por fuera y jugoso por dentro, que tiene éxito en todo el mundo y es servido a millones y millones de personas cada día.

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Crecimiento de KFC en el mundo

10 años después del primer restaurante, KFC ya contaba con 600 tiendas. 

Y 60 años después, hay más de 5.000 tiendas en 120 países, con 14 millones de clientes al día. 

Lo que era una receta secreta de un pequeño soñador de Kentucky se ha convertido en uno de los mayores secretos del mundo de las marcas. Y de ese secreto nació el pollo más delicioso del mundo.